Realizamos la comunión de Darío un mes de julio bastante atípico, ya que tuvimos sol, nubes y tormenta.

Darío es tímido, discreto y no le gusta ser el centro de atención, pero también tiene ese puntito de rebeldía y carisma propia de su edad, que nos desveló al poquito de posar delante de mi cámara.

El día elegido para el reportaje fotográfico en principio no daba lluvias, al menos en mi aplicación de móvil, pero la tarde cambió y justo cuando estamos a medias del reportaje del traje de comunión, en el Jardín de Monforte, comenzó a oscurecer, tronar y a caer un chaparrón tremendo. Esperando que escampara decidimos aplazar y realizar otro día el reportaje informal. Así es como Darío fue nuestro modelo dos días.

En la segunda sesión fotográfica estaba más relajado, menos tímido y fue cuando nos enseñó lo divertido y carismático que es. 

Fuimos a la Albufera, buscando mi rincón preferido y a la hora dulce para sacar el máximo partido.

Siempre aprovechamos, en los reportajes de comunión, que nos traigáis todo lo que para ellos son sus hobbies o su pasión.

Darío  nos trajo su saxo, estudia música en el conservatorio y  era una de los objetos personales que quería que saliera en su álbum y tenerlo de recuerdo para siempre. Nunca se sabe, puede que en un futuro este talentoso músico llegue a ser famoso.

Gracias María, Darío y Jesús, por confiar vuestro momento.

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